Chocolate para desayunar

La tradición de los calendarios de adviento es relativamente ‘joven’. Surge con los protestantes en el S. XIX en Alemania, y comienza a expandirse rápidamente por Europa y el resto del Mundo. En sus orígenes, los niños encendían una velita cada día del adviento, empezando así la cuenta atrás para la Navidad. La tradición de la vela fue rápidamente desbancada por las chocolatinas (cualquiera no lo prefiere, ¿verdad?). Y los calendarios, que al principio eran láminas en una pared, dieron paso a otros más parecidos a los que encontramos ahora como cajitas que se van abriendo cada día y tienen pequeñas chocolatinas en su interior. Luego llegaron los más sofisticados, con bolsillitos o cajones donde guardar chuches o alguna otra sorpresa. Hay verdaderas obras de arte en las tiendas, y manualidades muy chulas en internet.

Me aficioné a los calendarios de adviento en la época que viví en Alemania. En los últimos días de Noviembre los peques arrasaban con los calendarios de chocolatinas que vendían en las tiendas. En aquella época en España también se podían encontrar, aunque costaba bastante y la oferta era escasa. Por eso, yo se los traía a mis sobris para asegurar que tuvisiesen su dosis de chocolate para desayunar lista antes de Diciembre.

Ahora continuamos la tradición con los Bombones. Nuestros calendarios preferidos son los que se rellenan en casa. El nuestro es comprado. Lo vimos el año pasado en una tienda, y es tan bonito que se tuvo que venir a casa con nosotros. No podía quedarse allí solo, eso habría estado realmente mal. Vamos rellenando día a día los bolsillitos, porque si no, no habría sorpresa. Así que por la noche se rellena, por la mañana después del desayuno vemos que hay dentro… Y unos días antes hay que encontrar cositas que quepan dentro de los cajones, que son muy chiquititos. Este año haremos una mezcla de juguetes, planes, chuches y actividades. ¡Ya os contaremos qué es lo que ha tenido más éxito!

Bombón1 sólo tenía dos años el año pasado, pero está deseando que subamos el calendario del trastero para abrir cajoncitos toooodos los días hasta Navidad. Para mí, el mejor indicador de calidad que me dice que este año lo tengo que repetir. Personalmente creo que es una forma de tener a los peques interesados en algo, de que se ilusionen con la llegada de la Navidad y ya desde un punto de vista más práctico, de ayudarles a forjarse su noción del tiempo.

Vosotros, ¿estáis preparando también vuestro chocolate para desayunar? Contadnos como son vuestros calendarios, y que tienen dentro, porfa… ¡Que morimos de curiosidad!

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