Hace unos días recibí en casa un pedido de una compra por internet, que venía embalado en dos super cajas gigantes. Enoooormes. Al menos eso me parecieron cuando las vi una al lado de otra en el salón. Pero eran dos, y en casa hay dos peques, así que pensé que la idea de convertir a los bombones en vecinas por una tarde, podía ser divertida.
Como veis en la foto, no me compliqué demasiado… Una puerta fácil de abrir y cerrar, y con un corte por aquí y otro por allá, ventanas en los cuatro costados y en el tejado para que entre la luz y para ‘asoomarse’. Nuestras casitas no fueron muy fashion, pero las decoró Bombón1 como quiso. Incluso pegamos unas cuantas flores y mariposas que ella misma coloreó. Pintamos en las paredes, que aquí sí hay licencia para pintar las paredes, por dentro y por fuera de la casa.
Os aseguro que fue buena idea, aunque las casitas que iban a estar en casa una tarde hasta que sacásemos todo el papel y cartón a reciclar, se quedaran con nosotros más de un mes. No había quien se las llevase, porque jugamos un montón con ellas. Desde que vieron las cajas vacías, aquello fue una fiesta.
El cartón no es lo más resistente del mundo, así que mejor que si vais a darles las casas a unas manos de un año como en mi caso, mejor que no les tengais mucho apego. Digamos que envejecen regular. Las puertas de nuestras casitas estaban dobladas antes de hacerles las ventanas (para Bombón2, la mejor forma de entrar en casa de la vecina, era doblando la puerta… ¡vaya modales!). Es una actividad que seguro repetiremos, y según vayan creciendo las peques le añadiremos algo de sofisticación al asunto. Se pueden pintar enteras, forrar, hacerles flores de verdad… hasta amueblar. Pero la complejidad de la manualidad tiene que ir a la par de la edad de los niños, eso sí. Para tan pequeñitos, lo importante es tener muchos sitios por donde asomarse.
Fue genial ver como se escondían, cerraban las puertas, se cambiaban de una casa a otra, se reían. ¡Se lo pasaron pipa! Desde ese día, caja de cartón que pase por nuestras manos, caja que pasará seguro a ser algo durante unos días, o semanas, o lo que duren. Lo que haga falta a cambio de esas risas.
En internet podeis encontrar casas monísimas, de las que da pena que se rompa algo (a las nuestras una puerta doblada o pegada con celo sólo añadía carácter y glamour). No os voy a empezar a poner links o fotos porque no terminaríamos nunca. Pero sí que merece la pena un video que he encontrado, y que como puede que no conozcáis, os quiero enseñar aquí.
Intentaremos ir dando más usos a nuestras viejas cajas de cartón. ¿Recordaís juegos con cajas de cuando erais niños vosotros? Con el vídeo me he acordado de cuando yo las usaba con mis hermanos para bajar escaleras en casa de mi abuelo. ¡Qué buenos ratos! Seguro que os viene a la memoria alguno. ¡Animaros a comentar y sacamos una lista de juegos entre todos!