Archivo de la etiqueta: Niños

Hablábamos de recompensas

manita cara sonriente

Sé muy bien que uno de los temas que más os preocupa es como premiar a los peques cuando se portan bien o cómo corregirles cuando hace falta. Como sabéis, yo no soy psicóloga, ni pedagoga ni nada parecido, pero sí me gusta comentar en el blog de vez en cuando, cosas que me funcionan. Hace tiempo publiqué un post sobre las tablas de recompensas, que va fenomenal para muchas cosas cuando queremos que los peques adquieran un hábito nuevo.

En este de hoy os voy a hablar de algo que cuando queremos premiar a Bombón1 funciona muy pero que muy bien, y es pintarle una carita sonriente en la mano (así es como le ponen las notas en el cole). Para dos y tres años funciona bien, no sé si más adelante tendré que echar creatividad a la técnica, pero ya os contaré (esto significa que pienso seguir por aquí aún un tiempo…je!).

Para conseguir el efecto contrario, como castigo, hemos comprobado que pintar una cara triste es de lo peor que podemos hacerle. Lo peor de lo peor. Como llora, lo pasa muy mal y le importa mucho pero muchísimo, intentamos que la tenga en la mano poco tiempo. Siempre que claro, haya corregido lo que estaba haciendo mal. Da un poco de penita, sí, pero… algo hay que hacer, y esta forma además de light me parece bastante eficaz.

Es un tema delicado, cada cual lo aplicará, o no, como crea conveniente. En casa funciona, y tenemos la suerte de que Bombón1 consigue muchas, pero que muchas caritas sonrientes. Y a veces nos pide que se las pintemos con pecas, con el pelo largo, con coletas… Es decir, las caras sonrientes le encantan. Una de las claves de las caritas en las manos es intentar poner muchas más sonrientes en la balanza. Es decir, premiar mejor que castigar. Que no se nos pase premiar, que a veces se olvida porque se da por sentado que hay ciertas cosas que se tienen que hacer así porque sí o por el artículo treintaytres. Y las pasamos por alto. ¿No os parece que es importante que enseñemos también las cosas que están bien hechas? Y otro punto a tener en cuenta es no abusar mucho de la técnica, o perderá su efecto. Lo ideal es ir alternando con otras cosas.

Las tablas de recompensas sobre las que ya hablamos en este blog son un sistema de premios que pueden ser materiales o no. El sistema de pintar caras es siempre inmaterial, y no os imagináis lo que motiva a los peques ir luciendo sus caritas. Poder enseñárselas a los abuelos, a sus compis de clase o a su profe es lo más. Ni que decir tiene que las caras sonrientes nunca, nunca se borran, y cuando nos lavamos las manos tenemos mucho cuidado con ellas.

¿Os gusta la idea? ¿Alguien lo usa ya? Si teneis alguna técnica que quereis compartir, o si vais a probar la técnica de las caritas, ya sabéis que vuestros comentarios me hacen muchísima ilusión.

Anuncio publicitario

Vidrieras mágicas

Corazón vidrieras

¡Hola, hola! Nuevo post con ‘manualidad’ super fácil. Bueno, hoy más que una manualidad es una forma de hacer un poco el gamberro y pasar el rato. Vale para peques desde un año. Y… avisados estais, acabareis metiendo las ‘manos en la masa’ también vosotros.

La idea la hemos sacado de aquí. Los materiales no pueden ser más simples: pintura para dedos, celo o washi-tape, y una bolsa de congelados. Siiii, una bolsa de congelados.

Materiales vidrieras

Y es que para vuestra satisfacción y de la de esos peques a los que les da repelús mancharse, vamos a encerrar por un día, la pintura en esta bolsa. Vamos a pintar con los dedos ¡sin mancharnos! Tenemos que elegir los colores con los que queremos trabajar y meter en la bolsita una cucharadita de cada uno. Esto mejor lo hace un mayor si no queremos liarla parda pardísima antes de empezar.

Pintura envasada

Podemos jugar con la pintura así sobre la mesa, o pegar la bolsa a una ventana, que es lo que hicimos nosotros. Últimamente he leído algo sobre las mesas de luz, seguro que ahí los dibujos también quedan chulísimos. Ya veis,los peques no se manchan, la pintura no se seca, y estas bolsas son fuertes… lo que implica un buen rato de entretenimiento. Garantizado. Los más pequeños tendrán una textura nueva para tocar. Los más mayorcitos, podrán jugar a adivinar el color que sale de la mezxla de otros dos. Y todos, todos, incluídos vosotros, podreis hacer dibujos tan chulos como el corazón de arriba o esta muñeca (estrenábamos celo, Bombón1 se dedicó a pegarlo por todas partes, de ahí el trocito que véis en la siguiente foto).

Muñeca vidrieras

¿Os ha gustado la idea? Con nuestros monstruos monstruosos cundió el ejemplo y pudimos ver varias versiones de los que me seguís. Os animo a hacer lo mismo con estas vidrieras.

Os presento a Nessi

Nessi

Estos días os hemos ido contando que a partir de esta semana, voy a publicar siempre los martes a las 12. Os lo recuerdo aquí, para que os lo anoteís bien en vuestras agendas, y no os perdaís ni un sólo post del blog. El post de hoy es un poco diferente a lo que hemos publicado hasta ahora. Lo podeis leer con vuestros Bombones, si queréis. Y quien sabe, tal vez haya alguien parecido al protagonista del post que se alegre de que lo hayáis hecho.

Nessi llegó a casa de muy, muy lejos. ¡En avión!. Tito Sergio lo trajo en su maleta para Bombón, ¿sabéis?. Su historia es especial, ya veréis. Con vuestro permiso, la vamos a empezar como merece.

Había una vez, un monstruo que vivía muuuuuy lejos de aquí, en el fondo de un lago. Había vivido allí años y años. Estaba siempre escondido porque tenía miedo de que cuando los niños lo viesen, se asustasen de él por lo feo que era. Vivía el sólo en el fondo del lago, y se aburría muchísimo, porque en realidad lo que él quería era un poco de cariño y jugar, en lugar de pasarse en ese sitio tan frío horas y horas. Nessi, que ese era su nombre, era valiente, y no se iba a conformar con quedarse allí mucho más tiempo. Empezó a pensar, pensar y pensar, cómo podría cambiar aquello. Un día de repente, encontró la solución. Iba a hacer un viaje, a conocer Mundo. Una noche, sin que nadie ni ningún niño le viese, se escapó del lago, y entró en una tienda de recuerdos para turistas. Al día siguiente, por casualidad, tito Sergio pasó por allí y lo vio. Le pareció el Monstruo más bonito del Mundo, y por eso, ni corto ni perezoso, salió con el de la tienda para regalárselo a Bombón. El plan de nuestro pequeño monstruito habia funcionado, ya estaba volando en un avión y dejando atrás los días de frío en el fondo del lago. A Bombón le gustó Nessi, y después de jugar con él un poquito, lo guardó con mucho cuidado en el fondo del baúl de los muñecos. Pasaron días, y más días, y más,… y nadie jugaba con el pequeño Nessi. Había acabado en el fondo del baul de los muñecos. Del fondo del lago al fondo del baúl, no era justo. Ya estaba en otro país, pero no tenía un niño que le diese mimos, que en realidad era lo que necesitaba. Estaba super triste, tristísimo. No os podeis imaginar cuánto.

Cuando Bombón se iba a la cama, sus papás siempre le cantaban canciones. Siempre, siempre, siempre. Todas las noches. Los dos. Pero un día, Bombón le pidió a su mamá que le contase un cuento. Y su mamá le contó esta misma historia que os acabo de contar a vosotros. Nada más terminarla se tuvieron que poner a buscar a Nessi como locas. Y ¿sabeis qué? En mi vida he visto un monstruo más contento. Nessi es ahora más feliz que una perdiz. Todas las noches le cantan canciones, y le dan mimos. ¡Y hasta está al lado de trapito!. Por fin ha encontrado una niña que le quiere y le da todos los mimos que él buscó durante tanto tiempo. Es suave, blandito, y un monstruo guapísimo, ¿no os parece?

Ya sabéis, pensad bien si teneis en casa algún muñeco que necesita mimos. Seguro que se alegrará de que lo rescatáis del fondo del baúl de los muñecos.

Ya sabéis que me encanta leer vuestras historias. Contadnos si también tenéis en casa algún peluche que necesita mimitos.

Monstruos monstruosos

Monstruo azul

¡Hola! Por fin he hecho un huequín para escribir un poco. Traigo un post de manualidades super fáciles para los más pequeños.

Estoy intentando organizarme mejor, para no ir actualizando el blog cuando me da, y cada vez a una hora… Cada vez nos seguís más personas, ¡y no os queremos perder! Prometo que intentaré hacer un plan y cuando lo tenga, os lo cuento, ¿ok?. Pero bueno, vamos con nuestros monstruos, que nos están empezando a poner ojitos para que hablemos de ellos.

Monstruo naranja

Como os decía, este es un post con una manualidad de esas que se hacen casi sin ganas, Y para los peques es super diivertida. Todo lo que necesitamos son pegotones de pintura, soplar sobre ellos para hacerlos correr, dejarlos secar y plantarles dos ojazos de los que venden en las tiendas de manualidades. Y ¡tachaaannnnn! Así de chulos nos quedan.

Monstruos super faciles

¿Qué os han parecido? No nos digais que no son chulos. A Bombón1 le encantó dibujarlos. Si os han gustado o si os vais a animar a hacerlos, podeis hacer algún comentario en el post. ¡Me encanta que me leais, pero aún más que os paseis por el blog a dejar comentarios!

Adictos a cantar

No me he vuelto loca, no. No me voy a dedicar a estas alturas al mundo de la farándula, ni mucho menos me voy a presentar a ningún tipo de concurso o reality.

Sólo comentaros una observación que he hecho en casa en estos últimos días. Nos cansamos de decir que los bebés necesitan rutinas… pero, ¿sólo los bebés? ¡Ja! ¡Y un jamón!

cantar nanas

La rutina para irse a la cama de Bombón1, es que le cantemos una canción. No tiene un repertorio muy amplio, a ella le gustan «Sueño, sueño», o una que me invento yo y llamamos «El bombón chiquitín», las dos, nanas en toda regla (o casi, por lo de la inventada). Pero también tiene en su lista de top para irse a dormir, y no preguintéis por qué, «El barquito chiquitito», y «Había una vez un circo». Sí, «Había una vez un circo» para dormirse, con redoble de tambores y todo… Así que creo que lo que evidencia esto es que lo importante no son las canciones que elijamos ni las melodías que usemos para la hora de dormir, sino el hecho de dedicar un tiempo tranquilo y cien por cien para ella sola. Pero este no es el tema hoy.

Lo que le gusta a Bombón1 es que primero papi le cante una canción, y luego mami, o al revés. Ella va pidiendo… Ah! y si por un casual ‘la tita’ o los abuelos están en casa a la hora de dormir, puede que les toque desfilar por su cuarto y demostrar sus dotes de cantante. El caso es que la rutina papi canta -mami canta, no nos la quita nadie. ¡Ni queremos!

Si alguna vez se acuesta tan cansada que no le da tiempo a pedir el segundo turno de canciones antes de dormirse, voy volando para ver si llego a tiempo de cantarle y que aún se de cuenta de que estoy allí, aunque sea entre sueños. Pero es que el otro día fui yo la primera en cantar la canción, y estaba tan dormidita cuando la dejé que ya no me pidió que le dijese nada a papi… y ¿que hizo papi? Excactamente lo mismo, dejar todo, pasarse por la habitación y cantarle su canción de buenas noches. ¡Me encanta! Somos los dos, adictos a cantar.

Os animo a que compartáis las rutinas que os han enseñado vuestros bombones, y que además no estáis dispuestos a perder. Por nada del Mundo.

Tablas de Recompensas

Class reward chartSeguro que muchos, muchísimos ya habéis probado a tener en la nevera o en el cuarto de los peques una de estas tablitas. Y para los que aún no las useis o los que hayais llegado al post buscando un poco más sobre esta práctica, quiero compartir aquí mi opinión. Las hemos visto vender de fieltro, con montones de figuritas de quita y pon, super monas. A mí me gusta hacerlas en casa por dos motivos principales: podemos elegir la tarea o actividad que queremos reforzar más fácilmente, y además siempre la podemos usar de excusa para hacer una ‘manualidad’ con los peques. Si participan en la creación de su tablita, más les gustará usarla después, ¿no creeis?.

Hay algunos que se vuelven locos, y ponen mil tareas en ellas. Con todos mis respetos, no creo que consigan mucho haciendo esto. A mi me gusta poner dos o tres tareas, y una más que sea más sencilla para que el premio llegue pronto. Preparamos las tablas para entre cinco y siete días también jugando con lo pronto que queremos llegar al premio. Como hacemos juntas las tablas, Bombón1 aprovecha para sugerir tareas que podemos incluir. Y como tonta no es, siempre sugiere cositas que tiene archi-superadas. Como limpiarse los moquitos sola o lavarse los dientes antes de irse a la cama.

No le decimos cual es el premio, aunque hemos visto en internet que en muchos casos si se comenta. En la siguiente tabla lo vamos a probar a ver si de verdad se mejora el interés por este ‘juego’. De momento, nosotros lo habíamos dejado como sorpresa. Elegimos las pegatinas más bonitas del Mundo para ir rellenando las casillas, lo ponemos en un sitio súper visible, y se lo enseñamos a todos. ¡Claro! Esta es la siguiente, que acabamos de empezar.

Tabla de recompensas

En el caso de hermanos, se puede hacer una tabla de colaboración, en la que los premios se consigan entre todos. Os dejo una foto para que veais que quiero decir.

Tabla de recompensas para hermanos

Y he leído también como sugerencia que se pueden crear tareas tambien para los padres… Esto nos puede venir bien en situaciones como las vacaciones en las que todos cambiamos de entorno y queremos un poquito de normalidad especialmente con nuestros Bombones.

Os diré que no hemos notado una mejoría de cero a todo, pero que sí hemos tenido mejoría, que es de lo que se trata. Con el tiempo las prioridades van cambiando, y las tareas y los premios también.

¿Las usareis vosotros?

Edito la entrada para que veais otra idea sobre como recompensar a nuestros peques, que hemos publicado en el blog. Lo podeís leer aquí.

Como comprobar que el verdadero Papá Noel ha estado en casa

imagePapa Noel va a venir a casa… ¡Qué nervios! ¿Verdad? ¿Tenéis todo listo para agasajarle como se merece y para hacer de esta visita un momento inolvidable? ¿Si? Vamos a ver si es así, con nuestra lista de imprescindibles para cerciorarnos de que ha estado en casa de verdad nada más y nada menos que el auténtico Papá Noel. Si queréis, la podéis revisar con vuestros bombones.

1. Antes de acostarnos tal y como marca la tradición, dejamos un polvorón y agua para Papá Noel y un par de zanahorias para los renos, y por la mañana, o por la noche si Papá Noel pasó por casa prontito, vemos que ha bebido el agua, los renos mordisquearon las zanahorias, y sólo quedan miguitas del polvorón. ¡Trabajar tanto debe dar mucho hambre!

2. Dejemos donde dejemos su carta esa noche (en la chimenea, o en la ventana si no tenemos chimenea), cuando nos damos cuenta de que Papá Noel ha venido y vamos a buscarla, ya no está ahí.

2. Llama al timbre de casa y suena una campanilla, y cuando vamos a abrir vemos que ha dejado allí todos los regalos. Seguro que uno o dos duendes súper majos le han ayudado a colocarlo todo. Esta es la mejor oportunidad de intentar verle. Si os atrevéis, abrid la puerta rápido.

3. Si habéis tenido la suerte de que llame a la puerta y os habéis atrevido a buscar a Papá Noel puede que le veáis. O puede que no, porque es muy rápido, y encima tiene que apresurarse porque tiene mucho, pero que mucho trabajo para una sola noche. No pasa siempre, pero nos han dicho que alguna vez al irse tan deprisa, han perdido por el camino algún muñequito pequeño. Pobrecillo, ¡Si es que además de trabajar tanto, lleva los sacos de regalos a tope!

4. Los paquetes son muy bonitos, especiales. El papel es distinto a los que vemos siempre, o tienen etiquetas, o llevan lazos…¡Y es raro, pero rarísimo volver a ver el mismo papel de regalo!

5. Los niños que viven en casas con jardín a veces han visto fuera y ya a la luz del día, las marcas que dejó el trineo de Papá Noel si lo aparcó por un momento ahí. En la ciudad esto no se puede ver tan fácilmente. Ya sabéis que lo de aparcar en estos casos está complicado.

6. En ocasiones hay niños que tienen la inmensa suerte de ver a Papá Noel en persona, e incluso de hablar con él. En estos casos no cabe duda de que Papá Noel estuvo en casa. Comprobaréis en persona el auténtico «Ho, Ho, Ho», y notaréis que no habla mucho y que no le gusta llevar ni relojes, ni pulseras, ni pendientes, ¡nada! Total, ¡con tanta ropa no se le verían!

Ya sabéis, papás… ¡Todos a intentar ‘cazar’ a Papá Noel, que los bombones necesitan vuestra colaboración! Seguro que no se os a a olvidar esta Navidad nunca. Y os animamos a compartir vuestros trucos, y a que nos contéis si usasteis alguno de los nuestros. ¡Feliz Navidad!

Árbol de Navidad superfácil

imageEn este post os vamos a enseñar un arbolito de Navidad precioso, que vuestros peques pueden hacer para decorar la casa. Es una manualidad sencillita, y que no mancha. Y además para los más pequeñitos tiene otro punto a favor y es que es bastante rápida. Yo diría que lo pueden hacer niños desde los dos años.

Sólo hace falta cartulinas de colores, copos de maíz teñidos, tijeras y un cuchillo de plástico. Los copos de maíz los comercializa Playmais. Muchos los conoceréis, pero últimamente los he visto en muchas jugueterías también de otras marcas. Solamente tendremos que cortar los copos de maíz en rodajas y las siluetas sobre las que pondremos nuestros ‘adornos’. Lo demás, incluso elegir los colores, es cosa de la imaginación de los bombones. Nosotros hemos hecho árboles, pero se pueden hacer también bolas, estrellas… Lo chulo de este material es que se pega con una mínima cantidad de agua, y además se le puede dar algo de forma con los dedos.

image

image

Bombon1 (3 años) ha hecho unos cuantos este mes, porque le divierte muchísimo. El azul lo hizo para felicitar  Navidad a su profe. La idea de añadir la flor que veis en la primera foto, fue de ella. ¡No me digáis que no quedan chulos!.

¿Os contamos un secreto? ¡A los abuelos se les caerá la baba si los nietos les regalan uno de estos! ¡Decidnos que os parece la idea y si os vais a animar a probar!

¡Imaginación al poder!

imageMe paso los días leyendo curiosidades sobre los bebés y niños pequeños. Leer, leer y leer. Creo que dentro de poco tendré que ir a que me gradúen la vista. Y al final, realmente no sé para qué tanto, cuando tengo toda esa información metida en casa.

Hace exactamente dos días leí que la imaginación de los niños de tres años está muchísimo más desarrollada que la de los niños más pequeños. Con esta edad no se les pasa ni un detalle, y pueden imaginar cosas que nos cueste creer que han salido de sus cabecitas.

Doy fe de ello. No me remontaré a hace no muchos días para ilustrarlo. Os he hablado en mi último post de Dabadum, ¿verdad? Bien, pues uno de los talleres en los que participó Bombón1 estaba organizado por una compañía que presentaba un jabón para niños muy chulo, la verdad. O al menos eso me pareció el día de la feria, porque ahora tengo sentimientos encontrados respecto al mismo. El jabón en cuestión se puede modelar como si fuese plastilina y huele muy pero que muy bien. Así que cuando lo vimos, allá que fue Bombón1, muy dispuesta a seguir todas las indicaciones que le diesen para traerse a casa un par de pastillitas de jabón con forma de corazón monísimas. Esa misma noche ya dejaron de ser corazones para convertirse en una pelota sin forma muy definida. Bueno lo usamos, nos lavamos bien las manitas antes de irnos a la cama, y se quedó en la jabonera del lavabo. Olía taaan bien, nada me hacía sospechar lo que me había traído de la feria en realidad.

Había sido un día muy intenso. Nos fuimos a la cama a dormir a pierna suelta… o al menos a intentarlo. Como siempre, Bombón1 fue la primera en salir de la cama (sí, sí, como siempre. Una historia que ya os contaré en otro post). Un poquito más tarde preparamos el desayuno, y al ir acercándome al salón lo volví a oler. Que jaboncitos más chulos, y que bien olían. Era el ambiente perfecto para desayunar con calma un día de fiesta. No os imagináis, repito, no os imagináis mi cara al entrar en el salón. Había miguitas de jabón pequeñas, pequeñísimas, diminutas, por todas partes. En el suelo, en los muebles, y en su trona. Me alegro muchísimo de haberme contenido y haber preguntado antes de decir nada más. Así me pude enterar de que lo que a mí me parecía el mayor desastre que podía padecer un día de fiesta antes de desayunar, era en realidad un camino de polvo de hadas estratégicamente colocado para indicarle a Campanilla cómo llegar a nuestra casa (las últimas miguitas estaban esparcidas encima de su trona, que no estaba donde siempre, si no arrimada con precisión a la ventana para que la entrada de Campanilla fuese más sencilla).

Lógicamente, teníamos que recoger aquello. Como Campanilla no había venido, a Bombón1 no le importó demasiado hacerlo. Me dio un poco de pena que Campanilla no viniese, porque tengo clarísimo que pocas veces habrá tenido a su disposición un polvo de hadas tan real e indicaciones tan buenas sobre cómo llegar a su destino.

Con todo recogido, me fui a buscar a Bombón2 que aún estaba en su cuna, para que desayunase. Olía muy bien, olía al jabón de la feria. Toda ella. Sus manos, su cabecita… ¡Pero ella había estado todo el tiempo en la cuna! Enseguida empecé a pensar en la conexión que podría haber con la historia de Campanilla. Lo siento, pero por más que indagué, no pude sacar nada en claro.

Decía el artículo que leí que es justo ahora cuando empiezan a desarrollar esta imaginación tan fantástica. Así qué habrá más historias, ¡seguro!. Merecerá la pena no perder los nervios por el camino y pararse a preguntar.

¡Fijo que vosotros tenéis unas cuantas, os invito a compartirlas, seguro que lo pasamos fenomenal!

Hay una feria, con muchas cosas… Dabadum

DabadumEste puente pasado en IFEMA, estuvimos de feria en Dabadum, en la segunda edición del salón del ocio infantil en familia. Algo similar al antiguo Juvenalia. Está orientado a niños de cero a doce años, y pensado para que vayan con sus familias o con sus coles. El año pasado ya estuvimos, y desde que salíamos del parking ya teníamos clarísimo que volveríamos.

Queríamos compartir aquí nuestra opinión de la feria, ya que esperamos que tenga una vida muy larga y poder repetir muchos años. Si buscáis leer qué tal fue la edición del 2012, aquí tenéis unos apuntes y consejos para visitarla en un futuro.

Edad. Una duda que surgirá seguramente, es si la edad de los niños es buena para pasarse o no por la feria. En la primera edición Bombón1 tenía dos añitos, fue con algo de fiebre, y aún así se divirtió muchísimo. ¡Con deciros que a los dos días ella sola sentó a sus muñecos en la habitación y les cantó una canción contándoles que la feria tenía muchas cosas, os lo digo todo! Este año, tenía tres años (claro), y de nuevo fenomenal, y además venía Bombón2 ´con ocho meses. Creo que aunque para los pequeños de cero a un año hay alguna cosa, la oferta es limitada y tal vez no tenga mucho sentido meterles en el cuerpo un día entero de feria. Entre dos y cuatro años, hay ya muchas actividades. En muchas de las que participen ellos serán los más pequeñitos, pero será genial verles disfrutar entre ‘los mayores’. Y en muchas otras, los papás están invitados a participar. Divertidísimo. El principal problema que veo aquí son las siestas, ya que normalmente con esta edad aún están acostumbrados a dormirlas. Le sugeriría a la organización que se habilitase una zona para esto. Los papás que crean que puede ser útil, que se lleven su carrito para que al menos echen una cabezadita ahí. Este año nos pasó factura el sueño de la siesta (muy brevemente, porque cuando empezamos a pensar seriamente en volvernos a casa, se pasó el bache del sueño y las pilas volvieron a estar al 100%). A partir de los cuatro o cinco años ya no hay nada que pare a los pequeños, y la oferta de actividades es enorme.

Duración de la visita. Hay muchas cosas, como bien dice la canción que les compuso Bombón1 en el 2011. Así que podeis planificar la visita como de día entero. Vais a cansaros, así que intentad dormir antes bien. Allí mismo sin salir de los pabellones hay zona de picnic y cafeterías para comer. Y fuera de los pabellones aunque aún dentro de Ifema hay algún restaurante más de comida rápida.

Planificación. Si vais con niños muy pequeños, es importante tener en mente algo que nunca debemos olvidar: es importante ir siempre a su ritmo, sin forzar. Algunas actividades tienen tiempos de espera larguísimos, que en ocasiones merecen la pena y otras no tanto. Cuando estuvimos en el 2011, decidimos no hacer nada de lo que tuviese mucha cola. Fue genial, estuvimos el día entero de aquí para allá, y no agotamos la agenda del día. Esto me lleva a daros otro consejillo, no está de más echar un ojo a la programación cuando esté disponible en la web y hacernos una composición de lo que os apetecería ver o dónde nos gustaría participar. Este año sí esperamos para alguna actividad, pero intentando que las pequeñas estuviesen entretenidas mientras tanto.

Actividades. ¿Que se hace? Pues la oferta es bastante variada… Para que tengais una idea, nosotros volvimos a casa con cartas para escribir a los Reyes, adornos para el árbol, un muñeco al que, en teoría y con cuidados, le crecerá césped en la cabeza, figuritas de plastilina, jabones, láminas coloreadas, dibujos, un disfraz de vaca… todo hecho por la ‘mayor’. Además bailamos, cantamos, saludamos a Pocoyo,  nos pintamos la cara, participamos en construir un mural del fondo del mar, leimos cuentos, participamos en una cata, vimos a los Reyes Magos ¡en persona! que aparecían cuando menos lo esperabas, nos disfrazamos, jugamos al Criss-cross, al Zingo y con Bugsy, nos volvimos a pintar la cara, y nos hicimos muuuuchas fotos. Hay teatro y cine, charlas para los papás… Como veis, bastantes cosas sin necesidad de hacer colas super largas, y suficientes para agotar al menos a un peque de 3 años. ¡Y a los no tan peques… que esa noche dormimos todos fenomenal!

Bombón1 dejó Dabadum llorando. Nuestro mejor indicador de que hay que volver el año que viene. Va a ser para nosotros la antesala de la Navidad.

A %d blogueros les gusta esto: