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La importancia de saber decir Gracias.

Bienvenidas

Este post puede que os parezca un poco ñoño a alguno, pero es algo que quiero contar tal cual fue, y tal cual lo sentí. Va de saber dar las gracias, de anécdotas del primer día en casa del bebé, de rutinas antes de acostarse, de contar cuentos e historias… Pero sobre todo, va de una mamá orgullosa que quiere que algún día su peque también pueda recordar ciertas cosas.

Son muchas las veces que Bombón1 nos da las gracias. Es una palabra que le sale muy fácil, aunque a veces tenga que vencer su vergüenza, y me encanta. Siempre llega al corazón, y más cuando te dice ‘gracias mi mamita’. Pero creo que una de las veces que más entrañable me ha parecido, fue ayer por la noche, cuando al acostarla (antes de cantarle una canción) le conté la historia de cuando llegó a casa.

‘Cuando eras muy muy chiquitita… pero taaan chiquitita que acababas de nacer, te trajimos del hospital a casa. Te trajimos con mucho cuidado, en el MaxiCosi’.

‘Que es el MaxiCosi, mami?’

‘Pues es la sillita pequeña del coche, en la que ha ido Bombón2 hasta hace poco’

‘¿La que tiene un elefante azul?’

‘Sí esa. Pero como eras muy bebé, y chiquitita chiquitita, te sentamos ahí con un montón de almohaditas alrededor (el reductor que trae) para que fueses muy agusto. Papi condujo el coche muy despacio de camino a casa. Todos íbamos muy contentos, ¿sabes? Y cuando entramos en casa, mami te llevó con cuidado al salón, te dio un besito, y te dijo ‘Bienvenida a casa, hijia’

Entonces Bombón1 cerró los ojos, suspiró con una sonrisa, y abrazándome me dijo ‘Gracias mi mamita. Te voy a querer siempre. Toda la vida’. ¿Es o no es para comérsela a besos?

Tiene sólo tres años, pero no sabe lo orgullosa que me hace sentir desde ya hace mucho tiempo.

¿Os animais a contar a continuación algún momento especial de esos que no quereis que se olviden nunca? ¡Seguro que teneis miles!

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Risas, sonrisas, hadas y bebés

imageDicen que cada vez que un bebé ríe por primera vez, nace un hada. ¡Vaya! ¡Así qué yo he tenido la inmensa suerte de ver nacer a dos hadas! La verdad, no se me ocurre mejor historia para ilustrar el sentimiento de ver la primera sonrisa de nuestros bombones.

Y esta sonrisa evolucionará muy rápido, como todo en nuestros bebés. Sonrisa con la boquita cerrada, sonrisa sin dientes (¿no os parecen de lo más seductor?), sonrisas con sus primeros dientecitos… El feto ya sonríe. Seguro que más de uno habéis visto sonrisas en las ecografías 3D. Esto es en realidad un acto reflejo de los músculos faciales, que no es indicador de nada, aunque desde luego da muchísima satisfacción verlo. Más tarde, en las primeras semanas de vida, el recién nacido sonríe ocasionalmente, sobretodo cuando está tranquilo o dormido. En este caso aunque la sonrisa aún no responde a ningún estímulo externo, sí se puede interpretar como un indicador de bienestar. Es en torno al primer mes cuando aparece en el bebé la sonrisa social, en respuesta a estímulos externos, como por ejemplo la voz de sus papás.

Esta última sonrisa, la sonrisa social, también tiene su evolución. Las primeras son prácticamente mudas, luego empiezan a ir acompañadas de algún sonido… Pero nuestra preferida son las carcajadas. Por contagiosas. Y es que tener a toda la familia llorando de la risa por, por ejemplo, el sonido que hace un papel al rasgarlo, no tiene precio. Las primeras carcajadas de Bombón1 llegaron en torno a los cuatro meses, pero en esto como en todo lo demás, cada bebé es un mundo. Hubo unos meses en que lo más gracia nos podía hacer, era oir el disparo de una cámara de fotos o encontrar un papel de polvorón.

Y vuestros bombones, ¿con qué se mueren de risa?

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