Seguramente el título del post por sí sólo no os de una pista muy buena de lo que va hoy la cosa. Os diré que es un post que le debía a Alba, a Bombón2, y que lleva en el tintero nada más y nada menos que desde el verano pasado. Sí, es una manualidad que viene con historia, pero os la cuento un poco más abajo, ¿vale?.
Ahora que hace bueno y pasamos mucho tiempo al aire libre, es un momento genial para ir recopilando ‘materiales’ para nuestras manualidades. Piedras del rio, palitos, piñas, líquenes o conchas. Lo que se os ocurra, esteis en el campo o en el mar. Hoy aprovechando que tenemos a mano el poder pasear por el mar y recoger conchas, vamos a pasar el rato coloreándolas. De muchos colores.
Vamos con lo smateriales. Nosotros hemos usado conchas (claro), pintura acrílica de distintos colores, rotuladores permanentes, pegamento y purpurina. Lo de la purpurina es opcional, pero nosotros la teníamos a mano, y nos apetecía probar.
Vuelve a salir a relucir la pintura acrílica. Ya sabéis que me gusta un montón, os lo he dicho otras veces. Enseguida cubre, seca muy rápìdo, y los colores son super brillantes. Pintamos con el color que nos apetezca, y podemos aprovechar para hacer mezclas de colores. No sé si a vosotros os pasa, pero en casa lo de mezclar colores es como hacer magia. No os imagináis el juego que nos da.
Empezamos a pintar.
Unas cuantas conchas de las que tenía en casa, las más grandes, se vinieron de Conil el verano pasado. Hago un inciso para deciros que si no lo conocéis estaría bien que leyeseis la entrada que le dediqué, porque os va a encantar. Como os decía, tenía claro lo que quería hacer con las conchas que me traje de allí. Cuando estuvimos allí hace un año, Bombón2 tenía sólo un añito, y decidió que estas conchas serían su plato durante las vacaciones. Se pasó todo el tiempo que estuvimos allí, comiendo en conchas. Si le dábamos pan, hacía miguitas y las ponía en sus platos. Si era una galleta, más de lo mismo… Así que le he dedicado esta concha.
Este es el plato de sirenas al que me refería en el título del post.
Y cuando me vio, Bombón1 también se puso a decorar otro ‘plato’ para regalarle a su hermana. ¿No os parece una versión mejorada del mío? Es genial dejarles a su aire, y que hagan lo que quieran en las manualidades. Esta versión es una chica, porque para que sea chica hay que pintar dos o tres pestañas como mínimo ¿Lo sabíais? El rollo hippie que le da el corazón me gusta mucho.
Por supuesto, este plato también estaba dedicado.
Seguimos pintando las demás conchas del color que se nos ocurriese. Y algunas de ellas las cubrimos con purpurina. Para pegar la purpurina usamos cola blanca un poco diluída con agua. Cuando echéis la purpurina por encima, tened cuidado de poner debajo un papel o una caja de cartón para poder recoger todo lo que os sobre.
Esta es la colección que preparamos hoy. Nos lo hemos pasado genial coloreándolas. Pero además, tengo planes para estas conchas tan chulas. ¿Os las imagináis en un castillo de verdad dándoles el sol? Pues eso. Vamos a pintar alguna más, y a decorar nuestro próximo castillo de arena con ellas.Decidme, ¿os animaréis a colorear parte de vuestra colección de conchas de este verano?
Si os gustó el post, compartidlo en todas vuestras redes sociales ¡Vamos a llenar de color los castillos de arena de estas vacaciones!