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Fiesta de la Navidad

Montar arbolTodos sabemos que los peques son fiesteros por naturaleza, y siempre están dispuestos a darlo todo y más si ese todo huele a diversión. Así que este año, cambiamos el perezón de sacar el árbol por la Fiesta de la Navidad 🙂 Seguro que viendo a los bombones divertirse se haría más llevadero. ¡Y así fue!. No sólo eso, si no que estábamos deseando que llegase el día. No os digo más que hemos creado una nueva tradición.

Claro que no os voy a descubrir nada nuevo con esto de montar el árbol. Pero os comento alguno de los ingredientes que tuvimos en cuenta para asegurar una tarde súper divertida por si os apetece copiaros.

1. Crear expectativas. ‘Envenenad’ un poco a los Bombones con los preparativos. Con un par de días de antelación, habladles de la fiesta de la Navidad. Con sólo oir ‘fiesta’, estarán deseando que llegue el día.

2. Sin prisas. Elegid un día que los peques y vosotros esteis descansados y que al día siguiente no haya que madrugar.

3. Planificar. Mínimamente. Hay que pensar el día, y lo que se va a hacer. Porque montar el árbol no lleva tanto tiempo como nos parece cuando todo está recogido. Así que será de ayuda pensar en algún juego epecial. Además, puede que necesitemos comprar alguna cosita para ese día… mejor si no nos pilla el toro.

4. Participar. Toooooodos a colaborar. Los peques se sentirán involucrados, y viendo sus caritas esto de montar el árbol será coser y cantar. Pueden ir al trastero a por las cosas, sacar de la caja los adornos (esta es la parte más divertida, porque de año en año ya no recuerdan lo que había), colgar cositas en el árbol…

5. Invitar. Si hay alguien en la familia a quien le guste todo esto, invitarle para que se pase por la fiesta. Es una ayuda, y los peques estarán encantados. Eso sí, es la fiesta de la Navidad y eso también se tiene que notar en los invitados.

6. Ponerse en el papel. Muy importante. Todos vestidos de rojo, blanco, azul marino o verde oscuro. Para los peques, compramos pijamas de pequeños ayudantes de Papá Noel. No os olvidéis de los gorros de papá y mamá Noel. ¡También para los invitados! No os saltéis este punto, porque a los niños les encanta disfrazarse y comprobar cómo los adultos se ponen a su nivel. Veréis que las fotos van a quedar muy divertidas.

7. Merendar. Porque habrá que retomar fuerzas cuando ya esté todo chulísimo. Una idea genial que gusta a mayores y pequeños, son las tortitas con nata. Es facilísimo prepararlas y enseguida están listas.

8. Cantar. Uno o dos villancicos que sean sencillitos. Para que podamos aprender la letra rapidito e incluso inventar una coreografía.

9. Manualidades. Según veais a los peques, porque puede que ya estén algo cansados. Si la metéis en el plan tiene que ser muy sencilla, navideña, y que se pueda quedar expuesta en la casa. Cada vez que la vean, los peques se acordarán de lo bien que lo pasamos preparándolo todo.

10. Leer. Alguna historia de Navidad. En casa siempre apetece, porque junto a los adornos del árbol siempre guardamos los cuentos de Navidad. ¡Y siempre son nuevos!

¡Después de un día tan chulo, a dormir y a soñar con cosas bonitas! Nosotros seguro que repetiremos el año que viene.. ¡Fue una tarde divertidísima!

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Chocolate para desayunar

La tradición de los calendarios de adviento es relativamente ‘joven’. Surge con los protestantes en el S. XIX en Alemania, y comienza a expandirse rápidamente por Europa y el resto del Mundo. En sus orígenes, los niños encendían una velita cada día del adviento, empezando así la cuenta atrás para la Navidad. La tradición de la vela fue rápidamente desbancada por las chocolatinas (cualquiera no lo prefiere, ¿verdad?). Y los calendarios, que al principio eran láminas en una pared, dieron paso a otros más parecidos a los que encontramos ahora como cajitas que se van abriendo cada día y tienen pequeñas chocolatinas en su interior. Luego llegaron los más sofisticados, con bolsillitos o cajones donde guardar chuches o alguna otra sorpresa. Hay verdaderas obras de arte en las tiendas, y manualidades muy chulas en internet.

Me aficioné a los calendarios de adviento en la época que viví en Alemania. En los últimos días de Noviembre los peques arrasaban con los calendarios de chocolatinas que vendían en las tiendas. En aquella época en España también se podían encontrar, aunque costaba bastante y la oferta era escasa. Por eso, yo se los traía a mis sobris para asegurar que tuvisiesen su dosis de chocolate para desayunar lista antes de Diciembre.

Ahora continuamos la tradición con los Bombones. Nuestros calendarios preferidos son los que se rellenan en casa. El nuestro es comprado. Lo vimos el año pasado en una tienda, y es tan bonito que se tuvo que venir a casa con nosotros. No podía quedarse allí solo, eso habría estado realmente mal. Vamos rellenando día a día los bolsillitos, porque si no, no habría sorpresa. Así que por la noche se rellena, por la mañana después del desayuno vemos que hay dentro… Y unos días antes hay que encontrar cositas que quepan dentro de los cajones, que son muy chiquititos. Este año haremos una mezcla de juguetes, planes, chuches y actividades. ¡Ya os contaremos qué es lo que ha tenido más éxito!

Bombón1 sólo tenía dos años el año pasado, pero está deseando que subamos el calendario del trastero para abrir cajoncitos toooodos los días hasta Navidad. Para mí, el mejor indicador de calidad que me dice que este año lo tengo que repetir. Personalmente creo que es una forma de tener a los peques interesados en algo, de que se ilusionen con la llegada de la Navidad y ya desde un punto de vista más práctico, de ayudarles a forjarse su noción del tiempo.

Vosotros, ¿estáis preparando también vuestro chocolate para desayunar? Contadnos como son vuestros calendarios, y que tienen dentro, porfa… ¡Que morimos de curiosidad!

Diez consejos para fotografiar niños y bebés

Hemos leído hace poco un artículo sobre el volumen de fotos que hacemos a nuestros niños, y hoy queríamos compartir con vosotros nuestro punto de vista

Es cierto que esto de la fotografía ha cambiado mucho respecto a cuando eramos pequeños. Con las cámaras digitales que suponen gasto cero en la obtención de las mejores instantáneas, es fácil estar siempre listo para apretar el botón. Si a las cámaras añadimos los móviles y tabletas, resulta que tenemos siempre a mano una cámara con la que conseguir los mejores momentos de nuestros pequeños. Los detractores de hacer fotos frecuentemente a los niños, se basan por un lado, en el trajín al que se somete al niño cuando queremos capturar sus mejores instantaneas y por otro, en los momentos que dejamos de vivir por estar pendientes de las cámaras.

Bien, lo más sabio como cas siempre, es encontrar un término medio. Vaya por delante que Bombón1 tiene más de 4.000 fotografías de su primer año (contando sólo las que le hicieron sus papás), y que estamos muy orgullosos de cada una de ellas. No por su calidad en muchas de ellas, pero sí por la historia que cuentan. Os pongo algunos consejillos que basándonos en nuestra experiencia son buenos para fotografiar bebés y niños.

1. Que el bebé esté siempre cómodo. No insistais en las fotos si no lo está pasando bien porque además, no van a ser bonitas. Si el bebé se cansa, dejad la cámara a un lado, y  a otra cosa. Si este punto se cumple, aplican todos los demás.

2. Fotografiar al bebé relajado… si pensáis hacer una mini ‘sesión’ de fotos con vuestros Bombones.  Por ejemplo, cuando se hayan despertado de una siesta.

3. Poner atención a los detalles. Un pie, las manitas, primeros planos… Incluso algún detalle de sus ropitas. Muchas veces en una foto, menos es más.

4. No uséis nada que no sea una cámara de fotos. Por favor. Dejad los móviles para emergencias reales cuando no tenéis otra cosa a mano. Los tablets yo diría que ni para emergencias. A alguien le oí decir que es como hacer fotos con la tabla de cortar chorizo. Tal cual. Verdad de la buena.

5. Pensar en la foto que queremos conseguir. Con las cámaras digitales tenemos tendencia a disparar fotos sin más. Sí que merece la pena intentar que las fotos sean ‘aprovechables’ después, pensando un poco en lo que tenemos al otro lado del objetivo: fondos, ropas, luz… En este punto sí coincidimos con la gente que no es partidaria de fotografiar mucho. Incluso si se trata de un momento de ‘improvisación’, merece la pena reflexionar sobre cómo vamos a apretar el disparador.

6. No hagáis posar a los niños pequeños. Los bebés son mucho más fáciles en este sentido. En cambio si pretendemos que un niño pose, el resultado será en muchas ocasiones un desastre. Mejor dejarles a su aire, y captar lo que buenamente podamos. Será la forma de no restar frescura a estas fotos. El tipo de foto más ‘preparada’, debería reducirse en estos casos al mínimo imprescindible.

7. Eliminar los sonidos de la cámara. Queremos que los niños salgan tan naturales como sea posible. Si no se percatan de que les estamos fotografiando, mejor. Y si lees tenemos posando, no tienen por qué saber si estamos haciendo una, cinco o diez fotos. Este consejo es genial también para mayores.

8. Fotografiar a los niños a su altura Haced varias pruebas sin agacharos, y vereis rápidamente por qué. Este punto aunque parece obvio, es importantísimo y no siempre está presente en la mente de fotógrafos no profesionales.

9. Disparar varias fotos. Si tenemos un entorno que pensamos va a quedar lucido en nuestro trabajo, hacer varias fotos se vuelve muy importante (¡ojo, con el punto 1 y 5 muy presentes!). Cada foto tendrá un matiz que nos interesará más o menos. Además, no podemos confiar al cien por cien en lo que estamos viendo en la pantalla de la cámara, ya que puede ser muy distinto una vez las imprimamos e incluso al verlas en la pantalla del ordenador.

10. Tener una cámara siempre a mano. En casa no la guardéis. En muchísimas ocasiones tenerla a mano en la mesa del salón o en el cuarto del bebé, os va a permitir hacer fotos que de otra forma se perderían. En los viajes y excursiones, la cámara y su cargador debe de ser lo primero en entrar en la maleta. Y para el día a día o visitas a los abuelos, una cámara compacta en el bolso puede ser una buena idea. No confiéis en que lleváis un móvil con cámara en el bolsillo.

Después de que hayáis leído estos consejos os resultará evidente que nos encantan las fotos de nuestros Bombones, y tenemos que decir que lejos de entorpecer nuestras vivencias con ellos, nos están dando muy buenos momentos. Porque a los Bombones también les gusta, porque hacer fotos no nos roba momentos con ellos sino que nos hace revivirlos cuando ya han pasado y porque disfrutramos muchísimo seleccionando las fotos y compartiéndolas con nuestra familia y amigos.

A vosotros, ¿que os parece?, ¿que consejos para fotografiar bombones añadiríais a esta lista?

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