Creo que la entrada de hoy os va a gustar. Estos marcapáginas tan chulos son super fáciles de hacer, y un regalo original y muy resultón. Además de ser un recuerdo genial para el que los recibe. Hace unos años, compré un marcapáginas que fue el que me ha dado la idea para este post. Los vendían en una librería de Chicago que me encanta, los tenían al lado de la caja, y llamaban la atención por lo coloridos que resultaban. Total que, cosa rara en mí, no me pude resistir, y me compré uno. Lo usé tanto y tanto tiempo, que al final su cordón se rompió. Lástima que de aquella no se me ocurriese montarlo otra vez. Eso sí, ahora me voy a desquitar porque he hecho unos cuantos.
Seguro que todos tenéis los materiales necesarios en casa. Todo lo que necesitaremos son cuentas de collares viejos que tengamos por casa, y cordones, lana, o como hemos usado nosotros, hilos de bordar de colores. Si os apetece ir a alguna tienda de abalorios y comprar algo especial, adelante, que va a quedar chulísimo. Yo lo hice con el corazón de la foto.
Estas son algunas de las que teníamos para empezar. Desde luego que siempre viene bien hacer acopio de materiales para cuando los podamos necesitar. Aquí ya no se tira nada. Por lo menos no, antes de pensar en sus posibilidades para alguna manualidad. Hacemos sobre la mesa distintas combinaciones hasta dar con alguna que nos guste, y nos ponemos a ensartar las cuentas. Sólo hay que tener en cuenta que cada uno de los extremos tiene que tener algo de peso para que queden más chulos, y la parte de abajo tiene que ser un poquillo más larga que la de arriba.
Tenemos que tener en cuenta el tamaño de los libros para que los queremos hacer, y hacer unos nuditos en los extremos de las cuentas. Cuanto más juntos, mejor.
Y aquí os dejo mi segunda versión. Me chifla.
En casa a Bombón1 le encantó la idea y se puso manos a la obra para hacer uno para su profe. Le encanta llevarle dibujos y manualidades de las que hacemos en casa, señal de que la quiere mucho. Ya veis que no hace falta pensar tanto. Se improvisan, y quedan también la mar de chulos. El de las bolitas naranjas me encantó, creo que le voy a pedir que haga otro para mí. Le llevó un ratito, porque no es sencillo pasar los hilos por las cuentas que tienen los agujeros más estrechos.
Esto sí que ha sido una manualidad super fácil, que nos vale además para poder hacer un regalo cuando se nos ha echado el tiempo encima. Decidme, ¿os vais a animar? ¡Más fácil no puede ser! Si os ha gustado dadle al +1 🙂