Me gusta ver cómo se va acercando el buen tiempo. Y hay varias cosas de las que me encanta darme cuenta cuando vamos camino de la primavera: bandadas de pájaros que llegan para quedarse porque ya se va marchando el frío, cigüeñas que, si no se fueron, vuelven a los nidos que dejaron vacíos en invierno, o las flores de las mimosas, cerezos, almendros, etc. Y lo más de lo más, lo que ya nos dice que el verano está ahí, a la vuelta de la esquina, son las golondrinas revoloteando en nuestras ciudades y pueblos. Aquí aún no han llegado, pero no queda mucho. Hace poco estuvimos viendo flores con las peques, y eso nos dio la idea de la manualidad de hoy: una rama de cerezo en flor.
Estuvimos en ‘La Quinta de los Molinos’, un parque del que a estas alturas seguro que ya habéis oído hablar, porque últimamente ha salido en muchos blogs y webs. Es un parque que aunque no lo parezca está en el centro de Madrid, y que tiene unas cuantas explanadas de almendros que cuando llega la primavera se ponen espectaculares. No son cerezos, son almendros, pero el efecto es muy parecido. Pongo una fotillo para que veáis que pinta tan apetecible tiene para ir con una mantita y pasar un rato merendando a su sombra y observándolos. La foto es de hace un par de semanas y se puede ver que las flores ya habían empezado a caer. Son bonitos igual.
En muchos sitios donde hace más fresco que en Madrid, podéis ahora mismo ver la floración de todos estos árboles. Excusa perfecta para que los peques hagan esta manualidad después.
Los materiales son otra vez sencillitos, igual que lo que os he enseñado últimamente en esta o esta otra entrada, para que os dé cero pereza el poneros a ello. Yo os voy a hacer una propuesta, y vosotros podréis cambiarlos como más os convenga. Lo importante es plasmar la idea. Necesitamos un rotulador negro, y papel de seda o similar para hacer las flores. Esto es lo que yo usé.
Empezamos eligiendo un soporte, y preparándolo. Yo me decanté por un cartón de embalar, y lo pinté con témpera sólida, ya que las habíamos comprado hace poco y me apetecía probarlas. Aunque había preparado color blanco y azul para mezclarlos, al final pinté todo con blanco. No me molesté en cubrirlo, porque me gustaba más el efecto que quedaba así.
Una vez tenemos el cartón listo, dibujamos en él las ramitas de nuestro árbol. Con un rotulador, témpera, acuarela, o lo que os apetezca. Estas están hechas con rotulador.
Recortamos un montón de círculos del papel de seda que hayamos elegido para nuestras flores. No tienen que ser círculos perfectos, porque luego no se va a notar si hay alguna imperfección. De hecho, casi mejor.
Y ya sólo nos queda ir pegándolos en las ramas como más nos guste. Para que tengan aspecto de flor, no tenemos más que hacer un cucurucho pellizcándolos por el centro, y retorciendo un poquito la punta, pegarlos usando una gota de pegamento.
Aunque yo he usado una pistola de silicona porque había unas cuantas flores que pegar, y es bastante rápido pegarlas así, cualquier pegamento vale.
Aquí os enseño como quedan. No tienen que ser exactas, veréis que con una sola gota de pegamento es suficiente.
Es una actividad perfecta para dar la bienvenida a la primavera, y una buena excusa para que nos fijemos más cuando salgamos al campo o a nuestros parques.
Sabéis que encontrarme comentarios vuestros me chifla. Y que si os animáis con la manualidad, me encantaría ver vuestras versiones.