Vaya post tan raro pensaréis algunos. Justamente ahora que estamos ya de lleno en la primavera, que ha llovido lo que no está en los escritos, que tenemos ganas de sol, de colgar el abrigo, y que incluso algunos empiezan a planificar sus vacaciones de verano. Pues justamente por eso, porque se va la lluvia.
Este invierno hemos intentado salir después de la lluvia siempre que los catarritos nos lo han permitido, ¡y es divertidísimo! Unas buenas botas de agua y un chubasquero es todo lo que necesitamos. Cerca de casa, que no importe mucho que nos mojemos un poquito. Dejamos en casa la ropa seca y bien calentita, si puede ser, encima de un radiador. Después de ir a la caza de los mejores charcos y pisarlos todos, toditos, subimos a casa, nos cambiamos de ropa, echamos la sucia a la lavadora y nos ponemos la calentita. Y con la energía bien quemada, nos ponemos a merendar y a jugar juntos. ¿Es o no un planazo?
Así que una vez acabada la temporada por aquí, colgamos las botas que tan buenos ratos nos han dado. El año que viene, tendrán que ser otras, pero seguro que aún seguimos practicando. Aprovechad los que nos leeis y vais ahora cara al invierno. ¿No os parece una forma simple y genial de divertirnos? El invierno que viene, lo mismo me compro yo unas.