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Vidrieras mágicas

Corazón vidrieras

¡Hola, hola! Nuevo post con ‘manualidad’ super fácil. Bueno, hoy más que una manualidad es una forma de hacer un poco el gamberro y pasar el rato. Vale para peques desde un año. Y… avisados estais, acabareis metiendo las ‘manos en la masa’ también vosotros.

La idea la hemos sacado de aquí. Los materiales no pueden ser más simples: pintura para dedos, celo o washi-tape, y una bolsa de congelados. Siiii, una bolsa de congelados.

Materiales vidrieras

Y es que para vuestra satisfacción y de la de esos peques a los que les da repelús mancharse, vamos a encerrar por un día, la pintura en esta bolsa. Vamos a pintar con los dedos ¡sin mancharnos! Tenemos que elegir los colores con los que queremos trabajar y meter en la bolsita una cucharadita de cada uno. Esto mejor lo hace un mayor si no queremos liarla parda pardísima antes de empezar.

Pintura envasada

Podemos jugar con la pintura así sobre la mesa, o pegar la bolsa a una ventana, que es lo que hicimos nosotros. Últimamente he leído algo sobre las mesas de luz, seguro que ahí los dibujos también quedan chulísimos. Ya veis,los peques no se manchan, la pintura no se seca, y estas bolsas son fuertes… lo que implica un buen rato de entretenimiento. Garantizado. Los más pequeños tendrán una textura nueva para tocar. Los más mayorcitos, podrán jugar a adivinar el color que sale de la mezxla de otros dos. Y todos, todos, incluídos vosotros, podreis hacer dibujos tan chulos como el corazón de arriba o esta muñeca (estrenábamos celo, Bombón1 se dedicó a pegarlo por todas partes, de ahí el trocito que véis en la siguiente foto).

Muñeca vidrieras

¿Os ha gustado la idea? Con nuestros monstruos monstruosos cundió el ejemplo y pudimos ver varias versiones de los que me seguís. Os animo a hacer lo mismo con estas vidrieras.

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Consejos para organizar nuestras fotografías

organizar fotosSiempre me lo he preguntado… si me gusta hacer fotos, si me encanta verlas y recordar los momentos que hay en ellas, si cuando son de mis bombones disfruto haciendo copias para los abuelos y mandándolas a los titos por correo… Entonces, ¿por qué me da taaaanta pereza descargarlas? Creo que es por organizarlas. O no. Aún no lo he descubierto.

Antes procesaba todas las fotos. Todas. Corregía ojos rojos, ajustaba la luz y nivelaba por lo menos. Con alguna aún me recreaba más. Una cosa importante que aprendí, fue a hacer limpia de lo que no nos interesa en la misma cámara, y a dedicar los ‘esfuerzos’ de procesado sólo a las mejores, o a las que hayamos elegido para distribuir. Aún así esto no ha conseguido evitar mi fobia a la descarga de fotos de las cámaras.

Así que me puse a buscar cómo podía gestionar mejor mi colección de fotos. Si encontraba algo super simple, pues mejor que mejor. ¡Oh-Dios-mío! Hay todo un mundo ahí afuera sobre el almacenaje de fotos. Yo no soy profesional, necesito ir al grano grano. Quiero algo rápido, lo más intuitivo posible, y que sirva para manejar una cantidad relativamente pequeña de fotos (porque es pequeña, ¿verdad?, ¿o no tanto?).

Os cuento aquí lo que ya estamos haciendo y funciona, y cositas a las que después de haberlas visto en internet, les daremos una oportunidad.

1. Este punto puede parecer una obviedad, pero es muy importante para que el mantenimiento posterior y las búsquedas sean efectivas: almacenar todas las fotos del archivo en un únco lugar, y a ser posible en un solo directorio. 

2. Descargar las fotos según las vayamos haciendo en este directorio general. Y sea cual sea el origen: distintas cámaras, dispositivos móviles, CDs, correos de familiares o amigos… Cuanto menos tiempo pase entre que hacemos las fotos y su descarga, mejor.

3. Ordenarlas cronológicamente. En carpetas por años, y dentro de estas por meses. Los meses se pueden numerar antes: 01, 02… Así el primer mes que aparecerá en nuestra lista será enero y no abril.

4. Si hay alguna temática especial que nos haya hecho sacar un número considerable de fotos como ‘Vacaciones Lanzarote’, o ‘Boda Pepe’, se pueden hacer subcarpetas con estos nombres, pero las mantenemos en su mes correspondiente.

5. Tener siempre actualizada la fecha de la cámara, para que esta quede copiada en el archivo.

6. Si somos nosotros los que vamos a incorporar fechas bien a los directorios, bien a los archivos, será mejor usar el formato americano. De este modo se mantendrá siempre el orden cronológico.

7. Cuando procesamos fotos, y seleccionamos las mejores, nosotros creamos una carpeta en su correspondiente directorio con el nombre ‘Selección’. De este modo, podemos ahorrarnos tiempo, ya que tendremos super localizadas las mejores instantáneas.

8. Super importante… Hacer un backup periódico de nuestras fotos. Y es que hay que ponerse en lo peor pensando que el soporte que elijamos para almacenarlas, tarde o temprano fallará. ¿Os imaginaís todas vuestras fotos almacenadas en un disco duro externo que deja de funcionar? No sé a vosotros, pero a mí me costaría un disgusto serio, difícil de olvidar.

9. Tener siempre dos copias de seguridad, para evitar accidentes con una de ellas. Además, aunque parezca exagerado para el uso ‘doméstico’, lo ideal sería tener estas dos copias en localizaciones diferentes.

10. Ser constante en estas tareas.

Otras cosas chulas que me encontré. Para almacenar fotos en la nube me he enterado de la existencia de Shutterfly. Es gratis, y el almacenaje es ilimitado. Hay un software que parece funcionar bastante bien, para el backup de datos. Se llama Cobian Backup. También hay mucho software que ayuda con el almacenamiento de fotos. No quiero recomendar aquí ningún programa específico, ya que no los he probado. Me apunto el echarles un ojo y contaros si encuentro uno bueno para el uso no profesional, mis impresiones.

Las fotos que hacemos se convierten en nuestros recuerdos, en parte de nuestra memoria. ¡Vamos a mimarlas! Y si quereis compartir algún truquito que a vosotros os funciona, ya sabéis… estaremos encantados de leeros en los comentarios.

Hay una feria, con muchas cosas… Dabadum

DabadumEste puente pasado en IFEMA, estuvimos de feria en Dabadum, en la segunda edición del salón del ocio infantil en familia. Algo similar al antiguo Juvenalia. Está orientado a niños de cero a doce años, y pensado para que vayan con sus familias o con sus coles. El año pasado ya estuvimos, y desde que salíamos del parking ya teníamos clarísimo que volveríamos.

Queríamos compartir aquí nuestra opinión de la feria, ya que esperamos que tenga una vida muy larga y poder repetir muchos años. Si buscáis leer qué tal fue la edición del 2012, aquí tenéis unos apuntes y consejos para visitarla en un futuro.

Edad. Una duda que surgirá seguramente, es si la edad de los niños es buena para pasarse o no por la feria. En la primera edición Bombón1 tenía dos añitos, fue con algo de fiebre, y aún así se divirtió muchísimo. ¡Con deciros que a los dos días ella sola sentó a sus muñecos en la habitación y les cantó una canción contándoles que la feria tenía muchas cosas, os lo digo todo! Este año, tenía tres años (claro), y de nuevo fenomenal, y además venía Bombón2 ´con ocho meses. Creo que aunque para los pequeños de cero a un año hay alguna cosa, la oferta es limitada y tal vez no tenga mucho sentido meterles en el cuerpo un día entero de feria. Entre dos y cuatro años, hay ya muchas actividades. En muchas de las que participen ellos serán los más pequeñitos, pero será genial verles disfrutar entre ‘los mayores’. Y en muchas otras, los papás están invitados a participar. Divertidísimo. El principal problema que veo aquí son las siestas, ya que normalmente con esta edad aún están acostumbrados a dormirlas. Le sugeriría a la organización que se habilitase una zona para esto. Los papás que crean que puede ser útil, que se lleven su carrito para que al menos echen una cabezadita ahí. Este año nos pasó factura el sueño de la siesta (muy brevemente, porque cuando empezamos a pensar seriamente en volvernos a casa, se pasó el bache del sueño y las pilas volvieron a estar al 100%). A partir de los cuatro o cinco años ya no hay nada que pare a los pequeños, y la oferta de actividades es enorme.

Duración de la visita. Hay muchas cosas, como bien dice la canción que les compuso Bombón1 en el 2011. Así que podeis planificar la visita como de día entero. Vais a cansaros, así que intentad dormir antes bien. Allí mismo sin salir de los pabellones hay zona de picnic y cafeterías para comer. Y fuera de los pabellones aunque aún dentro de Ifema hay algún restaurante más de comida rápida.

Planificación. Si vais con niños muy pequeños, es importante tener en mente algo que nunca debemos olvidar: es importante ir siempre a su ritmo, sin forzar. Algunas actividades tienen tiempos de espera larguísimos, que en ocasiones merecen la pena y otras no tanto. Cuando estuvimos en el 2011, decidimos no hacer nada de lo que tuviese mucha cola. Fue genial, estuvimos el día entero de aquí para allá, y no agotamos la agenda del día. Esto me lleva a daros otro consejillo, no está de más echar un ojo a la programación cuando esté disponible en la web y hacernos una composición de lo que os apetecería ver o dónde nos gustaría participar. Este año sí esperamos para alguna actividad, pero intentando que las pequeñas estuviesen entretenidas mientras tanto.

Actividades. ¿Que se hace? Pues la oferta es bastante variada… Para que tengais una idea, nosotros volvimos a casa con cartas para escribir a los Reyes, adornos para el árbol, un muñeco al que, en teoría y con cuidados, le crecerá césped en la cabeza, figuritas de plastilina, jabones, láminas coloreadas, dibujos, un disfraz de vaca… todo hecho por la ‘mayor’. Además bailamos, cantamos, saludamos a Pocoyo,  nos pintamos la cara, participamos en construir un mural del fondo del mar, leimos cuentos, participamos en una cata, vimos a los Reyes Magos ¡en persona! que aparecían cuando menos lo esperabas, nos disfrazamos, jugamos al Criss-cross, al Zingo y con Bugsy, nos volvimos a pintar la cara, y nos hicimos muuuuchas fotos. Hay teatro y cine, charlas para los papás… Como veis, bastantes cosas sin necesidad de hacer colas super largas, y suficientes para agotar al menos a un peque de 3 años. ¡Y a los no tan peques… que esa noche dormimos todos fenomenal!

Bombón1 dejó Dabadum llorando. Nuestro mejor indicador de que hay que volver el año que viene. Va a ser para nosotros la antesala de la Navidad.

Diez consejos para fotografiar niños y bebés

Hemos leído hace poco un artículo sobre el volumen de fotos que hacemos a nuestros niños, y hoy queríamos compartir con vosotros nuestro punto de vista

Es cierto que esto de la fotografía ha cambiado mucho respecto a cuando eramos pequeños. Con las cámaras digitales que suponen gasto cero en la obtención de las mejores instantáneas, es fácil estar siempre listo para apretar el botón. Si a las cámaras añadimos los móviles y tabletas, resulta que tenemos siempre a mano una cámara con la que conseguir los mejores momentos de nuestros pequeños. Los detractores de hacer fotos frecuentemente a los niños, se basan por un lado, en el trajín al que se somete al niño cuando queremos capturar sus mejores instantaneas y por otro, en los momentos que dejamos de vivir por estar pendientes de las cámaras.

Bien, lo más sabio como cas siempre, es encontrar un término medio. Vaya por delante que Bombón1 tiene más de 4.000 fotografías de su primer año (contando sólo las que le hicieron sus papás), y que estamos muy orgullosos de cada una de ellas. No por su calidad en muchas de ellas, pero sí por la historia que cuentan. Os pongo algunos consejillos que basándonos en nuestra experiencia son buenos para fotografiar bebés y niños.

1. Que el bebé esté siempre cómodo. No insistais en las fotos si no lo está pasando bien porque además, no van a ser bonitas. Si el bebé se cansa, dejad la cámara a un lado, y  a otra cosa. Si este punto se cumple, aplican todos los demás.

2. Fotografiar al bebé relajado… si pensáis hacer una mini ‘sesión’ de fotos con vuestros Bombones.  Por ejemplo, cuando se hayan despertado de una siesta.

3. Poner atención a los detalles. Un pie, las manitas, primeros planos… Incluso algún detalle de sus ropitas. Muchas veces en una foto, menos es más.

4. No uséis nada que no sea una cámara de fotos. Por favor. Dejad los móviles para emergencias reales cuando no tenéis otra cosa a mano. Los tablets yo diría que ni para emergencias. A alguien le oí decir que es como hacer fotos con la tabla de cortar chorizo. Tal cual. Verdad de la buena.

5. Pensar en la foto que queremos conseguir. Con las cámaras digitales tenemos tendencia a disparar fotos sin más. Sí que merece la pena intentar que las fotos sean ‘aprovechables’ después, pensando un poco en lo que tenemos al otro lado del objetivo: fondos, ropas, luz… En este punto sí coincidimos con la gente que no es partidaria de fotografiar mucho. Incluso si se trata de un momento de ‘improvisación’, merece la pena reflexionar sobre cómo vamos a apretar el disparador.

6. No hagáis posar a los niños pequeños. Los bebés son mucho más fáciles en este sentido. En cambio si pretendemos que un niño pose, el resultado será en muchas ocasiones un desastre. Mejor dejarles a su aire, y captar lo que buenamente podamos. Será la forma de no restar frescura a estas fotos. El tipo de foto más ‘preparada’, debería reducirse en estos casos al mínimo imprescindible.

7. Eliminar los sonidos de la cámara. Queremos que los niños salgan tan naturales como sea posible. Si no se percatan de que les estamos fotografiando, mejor. Y si lees tenemos posando, no tienen por qué saber si estamos haciendo una, cinco o diez fotos. Este consejo es genial también para mayores.

8. Fotografiar a los niños a su altura Haced varias pruebas sin agacharos, y vereis rápidamente por qué. Este punto aunque parece obvio, es importantísimo y no siempre está presente en la mente de fotógrafos no profesionales.

9. Disparar varias fotos. Si tenemos un entorno que pensamos va a quedar lucido en nuestro trabajo, hacer varias fotos se vuelve muy importante (¡ojo, con el punto 1 y 5 muy presentes!). Cada foto tendrá un matiz que nos interesará más o menos. Además, no podemos confiar al cien por cien en lo que estamos viendo en la pantalla de la cámara, ya que puede ser muy distinto una vez las imprimamos e incluso al verlas en la pantalla del ordenador.

10. Tener una cámara siempre a mano. En casa no la guardéis. En muchísimas ocasiones tenerla a mano en la mesa del salón o en el cuarto del bebé, os va a permitir hacer fotos que de otra forma se perderían. En los viajes y excursiones, la cámara y su cargador debe de ser lo primero en entrar en la maleta. Y para el día a día o visitas a los abuelos, una cámara compacta en el bolso puede ser una buena idea. No confiéis en que lleváis un móvil con cámara en el bolsillo.

Después de que hayáis leído estos consejos os resultará evidente que nos encantan las fotos de nuestros Bombones, y tenemos que decir que lejos de entorpecer nuestras vivencias con ellos, nos están dando muy buenos momentos. Porque a los Bombones también les gusta, porque hacer fotos no nos roba momentos con ellos sino que nos hace revivirlos cuando ya han pasado y porque disfrutramos muchísimo seleccionando las fotos y compartiéndolas con nuestra familia y amigos.

A vosotros, ¿que os parece?, ¿que consejos para fotografiar bombones añadiríais a esta lista?

Trapito, te quiero

Trapito y el primo de Trapito

Trapito y el primo de Trapito

El viernes estuvimos hablando de los trapitos y su importancia para los bebés. Vamos a dedicar este post al nuestro y os contaremos alguna anécdota. Además, si bombones tiene su blog… No podíamos obviar hablar de Trapito. Muchos de los que ya nos conocéis, sabréis perfectamente quien es.

Trapito fue la primera «pertenencia» que tuvo Bombón1. Hicimos bien en escoger con cuidado a Trapito, aunque en ese momento no imaginábamos lo importante que llegaría a ser para todos nosotros. No éramos tres, Trapito estaba ahí, aumentando la familia. Dormía, comía, jugaba con nosotros.Así que cuando empezamos a sospechar su importancia, compramos otro exactamente igual para tener en casa de los abuelos, por si algún día en el trasiego casa-casa se nos perdía. Aunque con algo de reticencia al principio, Bombón1 acabó tomando cariño a este segundo trapito que estaba siempre en casa de los abuelos. El suficiente para liarla bien liada el día que se nos perdió en la calle. Volvimos a buscarlo, rastreamos las calles con cuidado, pero… no apareció. Menos mal que aun teníamos al auténtico Trapìto.

En vista de los acontecimientos, buscamos y rebuscamos otro más, días y días (y nos costaba, porque ya era de otra temporada y empezaban a escasear). ¡Lo localizamos! Este no sería un impostor, sería simplemente el Primo de Trapito. Bombón1 aún de noche y con los ojos cerrados, era capaz de diferenciarlos, así que sería mucho mejor si tenía identidad propia. Al menos tendríamos un plan, si Trapito se volvía a perder.

Pasó el tiempo, y Trapito «el auténtico» conoció Mundo, estaba en todos los saraos, se matriculó en la guarde, conoció el circo, el teatro, la biblioteca, el parque de atracciones, el zoo… Viajó en coche, y en avión…. ¡estaba encantado! Pero el verano pasado algo iba a cambiar. Tenía algo más de tres años cuando se perdió en Disney. Ya salíamos del parque y nos íbamos al hotel cuando le echamos en falta. No teníamos ni idea de donde había desaparecido, ni a que hora, pero… ¡era Trapito!, ¡no podíamos abandonarlo allí a su suerte!… ¡teníamos que intentarlo!. Así que nos pusimos a ello. Parecía imposible encontrarlo, de noche, lloviendo, entre pies y más pies de gente que se apresuraba para llegar a tiempo a los autocares de los hoteles y al tren. Pero de repente, a lo lejos, apareció. ¡Que emoción cuando lo vimos, solito y mojado porque había llovido, encima de un banco!. Alguna persona que lo vio decidió ponerlo ahí. Aunque seguramente nunca nos leerás, ¡Muchas, muchísimas gracias!

Hoy seguimos viviendo aventuras con Trapito. No importa como acabe, ya se ha ganado un hueco en nuestros corazones. Sólo esperamos que no se pierda nunca. Y para los que nos leeis tenemos una petición. No olvidéis nunca si veis un muñeco maltrecho solito, subirlo a un banco. Porque muy probablemente en algún lugar haya un niño triste soñando con poder encontrarlo.

Ayer mismo por la noche, cuando Bombón1 ya estaba casi dormida, dijo «te quiero, Trapito».

Trapitos y Doudous

Os queremos comentar alguno de los muchos beneficios que tienen los trapitos que en muchas ocasiones usan nuestros bebés y niños pequeños. Son un regalo excelente para recién nacidos o para papis que acaban de enterarse de que están embarazados. Estos son los motivos:

  • Ayuda mucho en los primeros momentos de separación del bebé de su madre.
  • Da seguridad al bebé cada vez que cambia de entorno, y le proporciona por tanto autonomía
  • Le consuelan cuando está especialmente mimoso.
  • El bebé es el que ha elegido su trapito favorito, los papás simplemente habrán puesto a su disposición los trapitos o peluches.

El bebé debe ser el que decida cuando abandonar a su trapito, no es necesario que nos preocupemos por cuando lo debe ‘dejar’. Un trapito es su compañero, un apoyo, es algo positivo.

Consejos para evitar su pérdida.

  • Comprar dos iguales, en lugar de sólo uno.
  • Anotar el número de teléfono en el trapito.
  • Enganchar el trapito a la ropa o al cochecito en las salidas al exterior.

Os damos para terminar un par de datos curiosos que sólo pone en evidencia la importancia de los trapitos para nuestros bombones. Hemos encontrado varios fabricantes que guardan copias de sus modelos de trapitos de colecciones antiguas, para que los niños que los pierdan puedan intentar recuperarlos. ¿Sabíais que en Francia hay una gran tradición de doudous o trapitos, tanto que existen, sobre la idea anterior, páginas de ‘doudous perdidos’ donde si queréis se pueden adoptar? ¡Es genial!

Seguro que teneís un montón de anécdotas divertidas con los trapitos de vuestros peques. Os animo a comentar alguna aquí.

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