Esta semana no me he podido resistir a enseñaros una manualidad que me ha encantado. Esta vez no la he hecho yo. De hecho, no he tenido nada de nada que ver con ella. Eso sí, tenía que enseñárosla, porque además de que estoy más ancha que larga con ella, me perece una idea genial como regalito para las fechas que se avecinan. Es la primera manualidad que ha pensado Sara solita. Es un broche Monster High, según lo ha bautizado ella. Le encantan las Monster High, esto ya os lo había contado, ¿verdad? El broche está hecho de tela, pero igual que me pasó la semana pasada con la pulsera de lana, no tengo fotos de los materiales. Esta vez el motivo es que hizo la manualidad en casa de sus abuelos sin que yo estuviese (ya he avisado de que la próxima vez que pase algo parecido hagan muchas, muchas fotos)
Si queréis que vuestras peques pasen un rato genial haciendo sus broches de Draculaura, lo tenéis bien, pero que bien fácil. No hay foto de materiales en el post, ya os lo he dicho, pero si os digo la verdad, es que tampoco las necesitaba demasiado. Ahí va la lista de cositas con las que os tenéis que hacer: tela fina del color o estampado que queráis (¡imaginación al poder!), cola blanca, goma eva y un arfiler tipo imperdible. Cuatro cosas, y al alcance de todos. Bien sencillito.
Cuando pensaba que nos estábamos curando de la fiebre por el rosa en parte gracias a Frozen, reaparece la fiebre Monster High y de Draculaura. Esto sólo lo entendéis los que lo sufrís igual que yo. Los que os empecéis a perder de lo que estoy hablando, podéis echar un ojo en google para poneros al día. Al menos el rosa es fuerte, y va acompañado de algún detalle en negro para compensar. Y si no, mirad la falda que ha elegido Sara para conbinarlo. Mejor imposible.
La idea de los broches la ha sacado de unos chulísimos que hace su tía. Ella usa lazos, telas, lentejuelas… ¡miles de cosas! Las cajas donde guarda todos sus materiales se convierten en una especie de baúl de los tesoros cuando vamos de visita a su casa. Os cuento como hizo este broche Sara con sólo cinco añitos. El punto de partida es cortar tiras de tela más o menos iguales. No tineen que ser exactos, pero sí aproximadamente de la misma longitud y ancho. Para que la tela no se deshilache demasiado, podemos diluir un poco de cola blanca en agua, y pintar con esta mezcla cada trocito de tela con un pincel. Esto hará que la tela no se deshilache una vez cortada. Lo normal es que se sequen al aire, y listo. Pero si queréis usarlo, y espero que esto no lo lean los abuelos, os cuento el truco de Sara (cien por cien cosecha propia) para que sequen más rápido y poder hacer el broche del tirón: colocó todas las tiritas encima del radiador de los abuelos, ¿qué os parece? Yo no sé nada, su tita la dejó. Bueno, en estos casos siempre es mejor pensar que cuando seca, la cola blanca es transparente. Corro un tupido velo, y sigo.
Una vez tenemos las tiras secas, las vamos cruzando formando una estrella, y según Sara, haciendo una «montaña» tan alta como queramos. Calculo que ella colocaría unas tres capas. Pero esto es al gusto del consumidor. Se pegan en el centro sólo, con un poquito de la mezcla de cola blanca y agua que ya teníamos preparada.
Por detrás la remató pegando un círculo de goma eva, que puede hacerse por ejemplo, dibujando el contorno con un tapón. 🙂 Sara lo dejó así, y ya en casa le pegamos, también con cola blanca, un arfiler de los que usamos para hacer estas chapas que ya os enseñé en el blog.
Lo terminamos todo con un adorno en el centro del broche. Recortar un corazón para este broche puede ser un toque final perfecto.
Es muy sencillo de hacer, y un regalo estupendo. Perdonadme, pero tendréis que entender que se me esté cayendo la baba mientras escribo. Hay muchas cosas en el blog, la mayoría, hechas por ella. Normalmente las manualidades que hacemos son un mano a mano, las vamos haciendo las dos a la vez. Otras veces, se pone a diseñar (me hace muchísima gracia cuando ell amisma me dice ‘mami, necesito diseñar’) como cuando hicimos los porta velas de Navidad. Pero esta vez fue ella la que tuvo la idea de ponerse con esto. Ella sola vio los materiales, pensó en la manualidad, y la hizo enterita. Es un ejercicio muy bueno.
Os sirve cualquier retal que tengamos por casa. Cualquiera. Y os aseguro que quedan cosas de lo más resultonas. ¿Os atrevéis a enseñárselo a vuestras peques y destapar en ellas su vena diseñadora? Venga, contadme que soy toda ojos ¡y me rechifla leeros! Eso por no hablar de las fotos que de vez en cuando me enviaís… ¡Besitos!
Etiquetado:broches para niñas, manualidades con tela, manualidades para regalar, Monster High
¡Es un broche precioso!
¿Verdad? Es el más bonito. Y hoy se lo ha regalado a su profe. Me la quiero comer.
Ohhhh! A la profe se le habrá caído la baba!!! Doy fe de lo entusiasmada y concentrada que estaba Sara haciendo pruebas con los materiales para que quedara un broche perecioso!!!!
Tiene maña, ¿eh? ¡Le encanta hacer estas cosas!
Qué bonito!! Y menuda diseñadora en potencia! 😉
¡No lo sabes tú bien! De las de lápìz y cuaderno en mano 🙂
Mi hija comienza a gustarle otra monstruita, parece que Draculaura ya no es su favorita, pero no me preguntes cuál es la que le gusta ahora…
Bueno, no hay problema… cuestión de combinar otro color con el negro. Enséñale el broche, que seguro que le gusta hacerlos 🙂