El viernes estuvimos hablando de los trapitos y su importancia para los bebés. Vamos a dedicar este post al nuestro y os contaremos alguna anécdota. Además, si bombones tiene su blog… No podíamos obviar hablar de Trapito. Muchos de los que ya nos conocéis, sabréis perfectamente quien es.
Trapito fue la primera «pertenencia» que tuvo Bombón1. Hicimos bien en escoger con cuidado a Trapito, aunque en ese momento no imaginábamos lo importante que llegaría a ser para todos nosotros. No éramos tres, Trapito estaba ahí, aumentando la familia. Dormía, comía, jugaba con nosotros.Así que cuando empezamos a sospechar su importancia, compramos otro exactamente igual para tener en casa de los abuelos, por si algún día en el trasiego casa-casa se nos perdía. Aunque con algo de reticencia al principio, Bombón1 acabó tomando cariño a este segundo trapito que estaba siempre en casa de los abuelos. El suficiente para liarla bien liada el día que se nos perdió en la calle. Volvimos a buscarlo, rastreamos las calles con cuidado, pero… no apareció. Menos mal que aun teníamos al auténtico Trapìto.
En vista de los acontecimientos, buscamos y rebuscamos otro más, días y días (y nos costaba, porque ya era de otra temporada y empezaban a escasear). ¡Lo localizamos! Este no sería un impostor, sería simplemente el Primo de Trapito. Bombón1 aún de noche y con los ojos cerrados, era capaz de diferenciarlos, así que sería mucho mejor si tenía identidad propia. Al menos tendríamos un plan, si Trapito se volvía a perder.
Pasó el tiempo, y Trapito «el auténtico» conoció Mundo, estaba en todos los saraos, se matriculó en la guarde, conoció el circo, el teatro, la biblioteca, el parque de atracciones, el zoo… Viajó en coche, y en avión…. ¡estaba encantado! Pero el verano pasado algo iba a cambiar. Tenía algo más de tres años cuando se perdió en Disney. Ya salíamos del parque y nos íbamos al hotel cuando le echamos en falta. No teníamos ni idea de donde había desaparecido, ni a que hora, pero… ¡era Trapito!, ¡no podíamos abandonarlo allí a su suerte!… ¡teníamos que intentarlo!. Así que nos pusimos a ello. Parecía imposible encontrarlo, de noche, lloviendo, entre pies y más pies de gente que se apresuraba para llegar a tiempo a los autocares de los hoteles y al tren. Pero de repente, a lo lejos, apareció. ¡Que emoción cuando lo vimos, solito y mojado porque había llovido, encima de un banco!. Alguna persona que lo vio decidió ponerlo ahí. Aunque seguramente nunca nos leerás, ¡Muchas, muchísimas gracias!
Hoy seguimos viviendo aventuras con Trapito. No importa como acabe, ya se ha ganado un hueco en nuestros corazones. Sólo esperamos que no se pierda nunca. Y para los que nos leeis tenemos una petición. No olvidéis nunca si veis un muñeco maltrecho solito, subirlo a un banco. Porque muy probablemente en algún lugar haya un niño triste soñando con poder encontrarlo.
Ayer mismo por la noche, cuando Bombón1 ya estaba casi dormida, dijo «te quiero, Trapito».
Trapito! qué emocionantes tus aventuras!!
Aun nos quedará alguna más 😉
[…] que una perdiz. Todas las noches le cantan canciones, y le dan mimos. ¡Y hasta está al lado de trapito!. Por fin ha encontrado una niña que le quiere y le da todos los mimos que él buscó durante […]